A TRAVÉS DEL FODIN Y EL FIDECOR
El empresario es de Misiones y gestiona asistencia para afrontar parte de los costos e instalarse en Corrientes. Se trata de un Proyecto que implicará una inversión total del orden de los $10 millones y generará alrededor de 45 puestos de trabajo. La fábrica se instalaría en el Paraje Atalaya de esa localidad.
A través de los Fondos Fiduciarios de la Provincia, que promueven con asistencia concreta el desarrollo del sector privado, el Gobierno Provincial impulsa la instalación de una industria cerámica en la localidad de Santo Tomé, que prevé una producción diaria de alrededor de 20 mil ladrillos huecos.
Daniel Schmit, empresario vinculado al transporte en Jardín de América (Misiones), trabaja desde hace tres años en este proyecto que encontró al fin eco en el ámbito gubernamental. "Ahora hay más viento a favor", aseguró el emprendedor y consideró: "Estamos avanzando, porque la verdad que golpeé por ahí varias puertas y nunca se dio nada y bueno, ahora sí realmente hay mucho interés y eso da mucha satisfacción".
La propuesta del Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, fue canalizar parte del financiamiento necesario a través del Fondo de Desarrollo Industrial (FODIN) y el Fondo de Inversión de Corrientes (FIDECOR), en diversas líneas, lo cual sin dudas abrió un panorama mucho más alentador.
"Hoy en día está hecho todo a pulmón y no hay créditos por ninguna parte; pero ahora con esto tiene que alcanzar para terminar", remarcó Schmit, quien recibió un gran apoyo técnico por parte del Instituto de Fomento Empresarial (IFE), organismo provincial que apuntaló la confección del proyecto y los procesos.
De seguir por este camino, este empresario del transporte dejará su actividad en Jardín de América, Misiones y se radicará en Corrientes, más precisamente en Santo Tomé, para desarrollar esta actividad industrial.
UNA INVERSIÓN DE CASI $10 MILLONES
Schmit explicó que la instalación completa de la fábrica, con maquinaria incluida, implicará una inversión total de entre 8 y 10 millones de pesos y que generaría, una vez que esté en funcionamiento, alrededor de 45 puestos de trabajo directos que se cubrirán con personal oriundo de la zona. "También tenemos previstas capacitaciones y charlas", anticipó.
La planta se ubicaría en un terreno del Paraje Atalaya, a 2 kilómetros de Santo Tomé, pegado al arroyo Ita Cuá y tendría una dimensión aproximada de 4.500 metros cuadrados cubiertos.
El empresario comentó que parte de la maquinaria ya fue adquirida e importada desde Brasil. "Ahora falta armar toda la estructura, montar todo, desde tinglados, todo lo que respecta a infraestructura", explicó.
En cuanto al proceso de producción que se desarrollará en la fábrica, Schmit detalló que comienza con "la preparación que va al sector de mezclado de distintas clases de arcilla, después a la destrucción, es decir, romper los terrones para que quede la arcilla chica".
"Después, eso se mezcla y se pasa por un laminador que deja muy fina la arcilla; de ahí se va a la prensa, donde -con una bomba de vacío- se saca todo el aire y queda la tierra, ahí es donde se le da la consistencia", explicó el empresario.
En la parte final del proceso, puntualizó, "se pasa al secado y después al quemado". "Ahí termina el producto, luego falta transformarlo en dinero", señaló entre risas. Schmit señaló además que la materia prima se obtendría de la misma zona, considerando que "hay mucha cantidad" disponible.
BUEN MERCADO POTENCIAL
Con relación a otro tipo de fábricas de estas características, el empresario comentó que sólo hay oleros chicos que no producen ladrillos huecos. "Tengo entendido que hay una fábrica similar en Goya; pero en esta zona tenemos una gran demanda para cubrir", explicó.
Schmit comentó además que la idea es "no solo abastecer Santo Tomé sino mandar lo excedente a los centros urbanos más grandes, como Capital Federal por ejemplo, Gran Buenos Aires". "Para eso, Santo Tomé es un centro estratégico por el ferrocarril, que abarata mucho el costo del flete", puntualizó; sin descartar incluso la posibilidad de exportación a países limítrofes.
En esta instancia, el empresario trabaja con los técnicos de los Ministerios de Hacienda y Producción y del Banco de Corrientes S. A. para cerrar los trámites que le permitan acceder a los beneficios. En el caso del FIDECOR, se solicita financiamiento para la compra de motores, la instalación eléctrica, parte del equipamiento, chapas y también ruedas para el secadero. En tanto que a través del FODIN, se requiere asistencia para maquinaria, reintegro costos de personal, y bonificación de tasas de interés y energía eléctrica.
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