La fecundación asistida ha evolucionado marcadamente en los últimos años, y ciertas técnicas de fertilización hasta hace tiempo impensadas están siendo solicitadas con creciente demanda por parte de pacientes con diversas dolencias o preocupaciones.
Desde hace ya muchos años existe, por ejemplo, la alternativa de preservar semen en casos de detección de patologías tumorales con riesgo de infertilidad futura. De hecho, ante el hallazgo de tumores testiculares, ya es rutinaria la congelación de semen para tener un "back up" en el eventual caso de que luego de la cirugía o el tratamiento adyuvante que se suministre, resultara en falta de producción de semen, con la infertilidad como consecuencia.
En el caso del hombre, adulto o adolescente, estos métodos de preservación son técnicamente sencillos, y no suponen retardos en el inicio de los tratamientos que debieran hacerse para enfrentar la enfermedad detectada.
Óvulos congelados (vitrificación)
Con la reciente aparición de la vitrificación (técnica de congelación de óvulos), los resultados en lo que respecta a la preservación de fertilidad femenina han dado un giro sustancial, alcanzándose excelentes resultados en la utilización posterior de los óvulos congelados.
Esta técnica no daña las células en su interior, por lo que los resultados en la utilización de estos óvulos que se descongelan durante un ciclo de fertilización asistida son comparables a los que se alcanzan mediante óvulos recién obtenidos. En otras palabras, hoy es posible demorar el tiempo que sea necesario para afrontar la chance de un embarazo, sin verse ningún tipo de deterioro en los resultados.
La técnica de vitrificación para posterior utilización de los óvulos se aplica en aquellos casos en los que la salud de la paciente puede comprometer la reserva de óvulos de la misma, como por ejemplo leucemias, linfomas, cáncer de mama, y patologías que requieren radioterapia en la pelvis, entre otras.
Debemos saber que las técnicas recién mencionadas cobran una gran importancia si tomamos en cuenta que el período de fecundidad de la mujer es relativamente corto frente al del hombre, quien puede producir embarazos a edades avanzadas.
A los 35 años de edad, la fertilidad decae anualmente en forma claramente mensurable. En este contexto, las técnicas de preservación de la fertilidad están creciendo fuertemente en todo el mundo, ya que posibilitan elegir el momento para lograr el embarazo, sin las limitaciones que impone el organismo.
Programación del embarazo
Al margen de la aplicación de estas alternativas para preservar la fertilidad por cuestiones relacionadas a la salud, cada vez más parejas acuden a ellas con el objetivo de controlar los tiempos de reproducción, muchas veces por cuestiones profesionales o laborales.
La reducción en las chances de embarazo en plena fase de desarrollo personal y profesional, hace que muchas mujeres prefieran postergar su embarazo a momentos de mayor estabilidad, pero con el temor de no poder luego quedar embarazadas.
También acuden a esta técnica pacientes que no han encontrado aún su pareja, o que no están en un momento óptimo para afrontar la maternidad.
En ese marco, y basadas en el hecho de que los óvulos congelados a cierta edad retienen la potencialidad reproductiva de la edad en la que, precisamente, fueron congelados –pese a que se utilicen años después-, las técnicas actuales constituyen una herramienta importante a nivel planificación familiar.
A modo de conclusión, la tecnología médica ligada a la Reproducción es una de las que más avances científicos presentan cotidianamente, y la utilización de sus beneficios varía y evoluciona constantemente. Es preciso tener en claro y debatir con frecuencia la mejor aplicación la misma, en favor de una mejor salud".
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